Tu y yo durmiendo con los enemigos; dos seres que jamás hemos querido,
los dos saciando un bendito capricho donde somos masoquistas por no volver a nuestros nidos.
Desnúdate al paso mi rey y solo ámame que el secreto permanezca en un cuarto de hotel; te aseguro que esos tontos no van a entender,
que si le somos infieles es por un gran querer.